A diferencia de su tradicional inmovilismo, la situación de Cuba ha cambiado significativamente a nivel de la entera sociedad cubana, y muy especialmente después de los acontecimientos del 11 y 12 de julio de 2021 en que, por primera vez en décadas, ha ocurrido la mayor explosión social ocurrida en todo el territorio de la Isla. La situación interna es quebradiza y el régimen está en su mayor debilidad y deslegitimación desde la década de 1960. Describiremos, sucintamente, la situación de Cuba en los campos: económico, político, social, internacional y antropológico; también mencionaremos posibles escenarios y propuestas para una transición pacífica... A diferencia de su tradicional inmovilismo, la situación de Cuba ha cambiado significativamente a nivel de la entera sociedad cubana, y muy especialmente después de los acontecimientos del 11 y 12 de julio de 2021 en que, por primera vez en décadas, ha ocurrido la mayor explosión social ocurrida en todo el territorio de la Isla. La situación interna es quebradiza y el régimen está en su mayor debilidad y deslegitimación desde la década de 1960. Describiremos, sucintamente, la situación de Cuba en los campos: económico, político, social, internacional y antropológico; también mencionaremos posibles escenarios y propuestas para una transición pacífica.
Situación económica A la ineficiencia constitutiva del modelo socialista centralizado, demostrada durante décadas, se han sumado las consecuencias de la pandemia de la COVID-19[i] y han disminuido significativamente las dos fuentes principales de divisas: las remesas y el turismo. Venezuela no puede asumir ya más el sostenimiento de Cuba y el resto de los acreedores y posibles mercados del mundo desconfían de Cuba porque no ha cumplido, por enésima vez, sus compromisos y deudas internacionales. Pero sobre todo, existe un “Bloqueo” interno a la iniciativa privada por una prohibición constitucional de acumular propiedades y capital en el sector privado o cooperativo. La “Tarea Ordenamiento”, eufemismo seudo reformista, comenzada en 2021, ha fracasado, provocando una inflación galopante, una carestía de la vida y un aumento de la pobreza.[ii] Sin embargo, como contraste provocador, y pese a las terribles carencias, la construcción de lujosos hoteles para el turismo extranjero no se ha detenido[iii]. Todos estos factores interrelacionados han provocado que la economía cubana esté en su peor crisis estructural de más de medio siglo. Situación política Lo más importante es el pronunciamiento masivo del 11 de julio de 2021 en todas las provincias de Cuba, con por lo menos un muerto declarado a manos de la policía y un cálculo de más de 60 mil manifestantes pacíficos, de los cuales más de 700 han sido encarcelados y están siendo condenados a injustas y excesivas penas.[iv] Ha caído uno de los mitos de la llamada revolución: después del 11 de julio 2021 ya es insostenible afirmar que los discrepantes del régimen son unos “grupúsculos pagados por el imperio”. Las decenas de miles de manifestantes expresaban claras demandas no materiales: Libertad; Patria y Vida; y Cambio. El 11 de julio ha cambiado definitivamente la visión sobre Cuba. No tenerlo presente en todo análisis sería un grave error de percepción de la realidad política cubana. El régimen, además, ha enarbolado el artículo 4 de la actual Constitución cubana que impone que el socialismo es irrevocable y que se pueden usar todos los medios, hasta la lucha armada, contra cualquiera que intente cambiarlo.[v] Las redes sociales y el limitado acceso a Internet han jugado un importante papel en el despertar político de los ciudadanos y han influido determinantemente en el deterioro político del sistema. Situación social El nivel de pobreza, el hambre, la falta de medicamentos, la brecha entre clase dirigente y el resto de la sociedad, la desintegración moral y la falta de convivencia civilizada, son señales de la situación social precaria. La pobreza y la violencia son dos de las realidades sociales más significativas en Cuba hoy. La lucha por la sobrevivencia cotidiana anula todo proyecto de vida personal, familiar o social, lo que unido a la crisis económica estructural y a la decadencia política, ha provocado un nuevo y enorme éxodo masivo, especialmente de los cubanos más jóvenes.[vi] Sin embargo, una parte de la sociedad civil cubana, concretamente el Centro de Estudios Convivencia (CEC), un think tank independiente dentro de la Isla que realiza estos estudios también con cubanos de la Diáspora. (cf. www.centroconvivencia.org/propuestas) ha comenzado un proceso de creación de pensamiento y propuestas para el futuro de Cuba después del cambio. El CEC propone una hoja de ruta para “una transición ordenada, pacífica, ágil y eficaz”[vii] teniendo en cuenta que no es suficiente que la mayoría de la sociedad está a favor de un cambio verdadero y estructural, sino que es aún más necesario que se construya un consenso aceptable de visiones y propuestas que, en un sistemático ejercicio de prospección estratégica, piense y prevea el país hacia el que queremos cambiar. Las relaciones internacionales El gobierno cubano ha dependido, económicamente, de las relaciones internacionales: primero los enormes subsidios de la extinta Unión Soviética y luego de la Venezuela chavista. En el gobierno de Donald Trump, los Estados Unidos tomaron una serie de medidas encaminadas a evitar el flujo de divisas hacia el régimen cubano. En este momento, Cuba está más aislada y la previsión es que, por su creciente inestabilidad interna, si no se abre a su pueblo, difícilmente podrá esperar que el mundo se abra a un gobierno con una ideología convertida en religión secular y un sistema económico que no funciona. El daño antropológico El daño antropológico causado por el totalitarismo en Cuba, es un componente muy significativo que influye transversalmente en todos los aspectos de la vida de la nación cubana. Este daño ha sido estudiado académicamente para el caso cubano, siendo conceptualizado, identificadas sus causas y sus consecuencias, así como su impacto en el futuro de la vida nacional y en su reconstrucción después de una posible transición. Este fenómeno ha provocado que en lugar del utópico “hombre nuevo”, en Cuba se haya concebido el “homo saucius”, el hombre dañado, enfermo, desestructurado. Los estudios realizados definen ese daño así: “El daño antropológico en Cuba a causa del totalitarismo es el debilitamiento, la lesión o el quebranto, de las facultades cognitiva, emocional y volitiva de la persona humana en sus dimensiones ética, social y espiritual, todas o en parte, según sea el grado del trastorno causado, no obstante conservarse siempre la esencia de la persona humana y su dignidad.” También se han estudiado las causas de ese daño antropológico: “El mismo ha surgido y se ha instaurado como consecuencia de vivir largos años bajo un régimen en que el Estado, y más en concreto, un Partido único, pretende encarnar al pueblo, orientar unívocamente toda institucionalidad, interpretar el sentido de la historia y mantener el control total sobre la sociedad y el ciudadano. De esta forma subvierte la vida en la verdad, menoscaba su libertad, y vulnera los derechos y deberes cívicos, políticos, económicos, culturales y religiosos de las personas.” En este estudio se proponen, además, posibles proyectos sociales y eclesiales para la sanación del daño antropológico con un desarrollo humano integral en una ecología social que lo fomente. El cultivo de la espiritualidad y la educación se han identificado como los dos grandes medios para esa “conversión antropológica”[x] Desafíos y visión de futuro para Cuba En Cuba podrían darse diferentes escenarios o la combinación de algunos de estos: 1. Ocurren nuevas y mayores explosiones sociales y se dan situaciones caóticas. Se incrementan, desmesuradamente, la violencia, la represión y las detenciones masivas, suspendiendo todas las apariencias de orden y legalidad. 2. Ante una situación insostenible, comienza un auténtico proceso de diálogo, negociación y cambio estructural con apertura a los propios ciudadanos, Isla y Diáspora, a las organizaciones de la sociedad civil cubana y al mundo mediante observadores, mediadores y garantes, teniendo como objetivo un proceso de transición pacífico, ordenado, ágil y eficaz. El desafío principal para la sociedad cubana que se deduce de la posibilidad de que ocurran algunos de estos escenarios o la combinación de ellos, es evitar la violencia, el caos, la ingobernabilidad y la desestabilización de la región. Cuba se encuentra, ahora mismo, entre el inmovilismo sin futuro y los desafíos de los cambios. En esta coyuntura es decisiva la responsabilidad y la participación constructiva de todos los cubanos. Autor: Dagoberto Valdés Hernández Pinar del Río, Cuba (1955) Máster en Acción Política por la Universidad Francisco de Vitoria. Madrid, 2019. Perteneció al Pontificio Consejo Justicia y Paz (1999-2008) Director del think tank independiente Centro de Estudios Convivencia (CEC-Cuba) Vive y trabaja en Cuba.
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