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Argentina: una quietud devastadora y un horizonte tempestuoso

9/1/2023

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​Comenzó 2023. En Argentina hemos atravesado múltiples situaciones de crisis en los últimos tiempos, situaciones que siguen su curso y parecen guiarnos hacia lugares poco felices. 
Campeones del mundo
En un solo terreno vencimos y a lo grande, hemos ganado el mundial de futbol y millones de argentinos se hicieron escuchar con excelsos festejos desparramando una alegría que resonó y se replicó en varias naciones del mundo. Una buena, buenísima para Argentina. 
Hablemos de instituciones, de corrupción y de justicia
Judicialmente venimos padeciendo arremetimientos constantes desde el poder Ejecutivo al Judicial. Así abundaron amenazas del núcleo duro kirchnerista, advirtiéndonos que “si a Cristina la condenan que quilombo se va a armar”. La condena que finalmente se le dictó a Cristina Fernández de Kirchner (CFK), ex presidenta, actual vicepresidenta, es por la causa Vialidad, que refiere a irregularidades en la obra pública cuando ella fuera presidenta; los fiscales de la causa pidieron que CFK sea condenada a 12 años de prisión con inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por los delitos de administración fraudulenta al Estado y de ser la jefa de una asociación ilícita.
Posteriormente, los jueces de la causa en un debido proceso penal, culminaron su sentencia juzgándola del delito de administración fraudulenta contra el Estado, pero no por la conformación de una asociación ilícita; y así pesaron sobre la actual vicepresidenta la pena de 6 años de condena y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Para que la condena quede firme faltan dos instancias de apelación (y así lo harán sus abogados defensores), ante la Cámara de Casación que, si mantiene el veredicto de “culpable”, la causa pasará a la Corte Suprema de Justicia, quien tendrá el dictamen final. Por ahora no se armó “ningún quilombo”, tal vez el campeonato mundial fue de gran ayuda para que la atención se coloque en lugares muchos más gratos, porque su condena fue dictada en medio de partidos de fútbol que comenzaban a mantener en vilo a todos los argentinos.

​También el frente oficialista amenaza con hacerle juicio a la Corte Suprema de Justicia cuando esta no falla a su favor, y el mismo presidente no acató recientemente un fallo de la Corte Suprema que determinó luego de dos años, que el dinero por coparticipación federal que le toca a la ciudad porteña gobernada por la oposición macrista/larretista vuelva a incrementarse luego de que Alberto Fernández lo redujo en época de pandemia para transferírselo a la Provincia de Buenos Aires (PBA) gobernada por el oficialismo, que debía destrabar una protesta de la policía que reclamaba por mejores salarios.

No solo existe una causa contra CFK llamada Vialidad, existen varias causas más que fueron sobreseídas, pero que se estarían reabriendo luego de la condena última. “Los Sauces y Hotesur” (dos empresas, inmobiliaria y hotelera), causa que también inculpan a la familia Kirchner y a unos 30 “socios políticos nacionales y populares”, acusándolos por presunto lavado de dinero, la causa “Cuadernos” que refiere a ocho cuadernos que cuentan por escrito los viajes de la corrupción durante los años kirchneristas, donde se detallaban los negocios que hacían empresarios con el gobierno y el dinero que se recaudaba de varias empresas para las campañas electorales, etc.. Del otro lado de la Argentina partida también tenemos causas que se investigan, así, entre las causas abiertas contra Mauricio Macri y su entorno político podemos mencionar “Municiones a Bolivia” donde Macri se encuentra imputado por presunto contrabando de municiones a Bolivia en noviembre de 2019 cuando se expulsaba a Evo Morales de la presidencia, “Correo Argentino” por la propuesta de pago que realizó Correo Argentino (un holding de la familia Macri) al Estado, “Presiones al Grupo Ïndalo”, por extorción a los dueños del Grupo Ïndalo durante el gobierno de Cambiemos, que apuntan contra Mauricio Macri, Fabián Rodriguez Simón “Pepin” que se escapó hacia el Uruguay, el empresario Nicolás Caputo, Paladino (ex subdirector de recaudación de la AFIP). Un alto porcentaje de dirigentes políticos argentinos, aparecen enredados en actos irregulares, y gracias al dinero de la corrupción, gozan de un estándar de vida de ricos y famosos, mientras la población cada vez se empobrece más. Ya podemos afirmar que más de un 40% de la población en Argentina es pobre y casi un 10% no come. 

​El Poder Legislativo tampoco está pudiendo hacer su labor como corresponde, porque en el marco de tamaña polarización, entre el oficialista Frente de Todos y la oposición Juntos por el Cambio, los consensos necesarios no se logran y abundan los insultos y los agravios en los recintos del Congreso. Y a cantidad de legisladores se los observa más en “modo campaña” que, en su tarea parlamentaria, mientras continúa el atropello del núcleo duro kirchnerista de querer imponer una agenda de temas que son los temas judiciales de Cristina, como el querer reformar la Justicia para que no continúen las investigaciones en su contra.

Datos socio-económicos y un intento de esbozar posibles escenarios políticos 


Aún falta casi un año para que se celebren las elecciones y en Argentina en casi un año pueden pasar muchísimas cosas. Si pensamos en las elecciones pasadas, en 2019, las dos fórmulas que compitieron con posibilidades de llegar a la presidencia fueron la de Alberto Fernández- Cristina Fernández de Kirchner por el Frente de Todos y la de Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto por Juntos por el Cambio. Meses antes de concretadas las fórmulas Alberto Fernández nos contaba por televisión sobre las irregularidades y “el deplorable” segundo gobierno de Cristina de 2011 a 2015, y Miguel Ángel Pichetto era el operador número 1 de Cristina en el poder Legislativo y Macri nos repetía en una entrevista para la televisión sobre el peligro de “los Pichetto” para la Argentina. ¿Qué quiere decir esto? Que, en Argentina, en muy poquito tiempo pueden generarse giros copernicanos.

Igualmente, algunas presunciones podrían presentarse, considerando datos de la realidad concreta que pueden hacernos esbozar escenarios (adversos) posibles. Argentina hoy se encuentra atravesando un régimen de alta inflación. La inflación anual se calcula en un 95%, y celebramos cuando un mes la inflación nos arroja una cifra de 4,9% porque ya nos habíamos acostumbrado a una inflación de 7% mensual.

Así, mientras las naciones del mundo con una inflación anual equivalente a la mensual en Argentina sienten que la crisis se los lleva puestos, en Argentina “celebramos” una inflación que en el mejor de los casos nos puede llevar a un 60% anual. Economistas de alto prestigio afirman que en 2023 sostendremos una inflación que alcanzará o que superará el 100%. Por otro lado, Sergio Massa, días antes de conformar esta coalición que triunfó en 2019, manifestaba críticas despiadadas contra CFK y contra el núcleo duro que la acompaña, congregado en la agrupación La Cámpora, pero de pronto, pasó a ser parte fundadora del nuevo Frente de Todos, y así se consagró en 2019 como el presidente de la Cámara de Diputados hasta que en agosto de 2022 pasó a ser el nuevo ministro de Economía.

Esto último ocurrió, luego de que CFK y su núcleo duro no mostrara simpatía con los propósitos de los anteriores dos ministros (Martín Guzmán y Silvina Batakis), que pretendían un ajuste para poder frenar la inflación y acordar la deuda con el FMI. Sergio Massa tiene contactos muy estrechos con el establishment internacional y el nacional (en especial con un grupo de empresarios con los cuales siempre hizo negocios y no estaría vacilando en volver a hacerlos, lo que se suele denominar en Argentina “capitalismo de amigos”). Y esta ductilidad y/o oportunismo del nuevo ministro Massa lograron el apoyo de esos “capitalistas amigos” que desembolsaron buenas sumas de dinero para ayudar a que se controle el tipo de cambio y así frenar la escalada del dólar durante algunos meses. Y así dio comienzo a un plan de ajuste que considera un considerable incremento de las tarifas, y negociar con el FMI aquello que corresponda.

Y por esas cosas de la vida kirchnerista, CFK y La Cámpora, que cuestionaban despiadadamente a los anteriores ministros ajustadores, apoyan a Massa y su gestión ajustadora y negociadora con el FMI. Massa logró contener la escalada del dólar hasta hace tres semanas, momento en el cual el dólar paralelo (llamado blue en Argentina) y todos los otros dólares (porque tenemos una veintena de tipos de dólares), empezaron a escalar de modo que preocupa. 

La alta inflación anteriormente mencionada, no sólo se la puede confirmar a través de datos oficiales, sino que se la padece en las góndolas de los comercios, donde los alimentos son los que mayores incrementos nos muestran. Y así la pobreza y la indigencia escalan. Gran parte de la clase media hoy en Argentina se auto percibe como tal socio-culturalmente pero no así socio-económicamente, porque gran parte de la clase media, de empleados formales en el mercado laboral, hoy no alcanza a solventar la canasta básica, es decir gran parte de la clase media también ya es pobre. 
Para ilustrar un poco más aun la crisis económica argentina no puede dejar de mencionarse la preocupante sequía que viene sufriendo el país, por lo tanto, el campo padece y con esto la producción de alimentos se resiente, y con esto el ingreso de dólares se complica. Argentina tiene todo aquello que el mundo entero hoy necesita, no solo alimentos, sino petróleo, gas, litio y agua. Pero Argentina no tiene su gaseoducto finalizado ni su mega reserva “Vaca Muerta” funcionando a pleno, ni cuenta con suficientes sistemas de riego que le permitan cosechar alimentos o criar ganado para autoabastecerse y abastecer a tantas naciones que requieren de todas estas riquezas que Argentina tiene, pero parece no tener. 

Hablemos de la inseguridad, otro flagelo que destruye vidas argentinas


En Argentina existe un marcado incremento del delito y de la inseguridad en las calles a nivel nacional y en algunos distritos en particular donde el narcotráfico vino para quedarse y hacer estragos. Según datos oficiales del Ministerio de Seguridad de la Nación, las estadísticas criminalísticas arrojan las siguientes cifras: en el año 2021 existieron 2019 hechos de delitos contra personas, entre los cuales 2092 personas fueron asesinadas. 

Respecto a la inseguridad en la PBA, el distrito donde habita casi el 40% de la población de toda la Argentina, en el mes de mayo de 2022 se registraron números crecientes del delito junto a una creciente fuga de detenidos de las seccionales de la Policía Bonaerense. Luego del aislamiento obligatorio en 2020 por la pandemia, comenzó el ascenso del delito en la PBA a escala monumental y se pasó a padecer un delito netamente más violento, así crecieron notoriamente los homicidios en ocasión de robos. Los hurtos también se incrementaron. Los casos reportados de abusos sexuales y violaciones desde 2020 hasta ahora aumentaron un 25%. También se constató el aumento de arrestos y largas permanencias de presos en las comisarías. Así, la sobrepoblación y hacinamiento de detenidos en las celdas de las comisarías llegó en enero de 2022 a reunir más de 4692 presos, según el sondeo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). 

Según el Observatorio de Seguridad Pública, en la provincia de Santa Fe, donde el narcotráfico ingresó de modo turbulento, 2022 se registró como año récord de homicidios; hasta noviembre se contabilizaron 371 asesinatos. Se ha constatado que 8 de cada 10 crímenes fueron ejecutados con armas de fuego, la proporción más alta medida desde el año 2019. También se constató que 1 de cada 10 muertes se ejecutaron a través de uso de armas blancas. En la provincia de Santa Fe, en Rosario, el 30 de diciembre último, una vez más, periodistas han condenado un ataque a tiros contra un canal de televisión rosarino (el canal Televisión Litoral). Dicho ataque fue el segundo en tan solo dos semanas. El flagelo del narcotráfico también atraviesa fuertemente a la PBA, fue así que un juez federal dictó recientemente una resolución para pedir al gobernador de la PBA, Axel Kicillof “sanear a las fuerzas de seguridad para poder investigar a fondo el tráfico de estupefacientes”. 

Y junto al aumento de la delincuencia también vienen creciendo los episodios de justicia “por mano propia” aludiendo a la defensa personal. De tal modo, la economía ilegal, la organización criminal y la cantidad de homicidios vienen escalando a nivel nacional y en algunos distritos en particular con extrema virulencia. Según el centro de datos de NUMBEO (utilizado como fuente por medios internacionales como BBC, Times, Forbes, The Economist, New York Times) los índices de criminalidad a nivel global, ubican a la Argentina en el año 2022 en el lugar número 16 sobre un total de 142 países.

¿Contamos con una oposición responsable y organizada?

En medio de este escenario complejísimo, donde solo el triunfo de la copa mundial del fútbol alegró, y muchísimo, la vida de los argentinos, ¿existe una oposición que promete mejorar nuestras vidas si gana la elección en 2023? Sí, existe una oposición que promete cambiar y mejorar nuestras vidas, pero mientras nos promete mucho, no nos cuenta nada de lo que piensa hacer si llegara a conducir el país desde diciembre de 2023. Actualmente la oposición, Juntos por el Cambio, no se muestra cohesionada ni organizada, sino peleándose por cargos. Vayamos un poquito para atrás para contar que, la oposición desde 2015 a 2019 cuando gobernó bajo la rúbrica de Cambiemos se redujo a la monopolización del PRO, el partido fundado por Macri en 2005. Así, desde 2015 a 2019, solo el PRO hegemonizó el poder, mientras el partido centenario, la Unión Cívica Radical (UCR), se mantuvo durante los cuatro años de gestión como mero convidado de piedra, aportando territorialidad, plataforma partidaria y electorado, pero mirando como gobernaba el PRO.

Parecido ocurrió con la Coalición Cívica de Elisa Carrió que no parecía inquietarse por conquistar más espacio que el mínimo que le cabía. Se habló y se escribió mucho en los últimos tiempos, sobre un partido radical que luego de 2019 se despertó, se han perfilado posibles candidatos del radicalismo para la presidencia, como Gerardo Morales y Facundo Manes, o candidatos radicales para ocupar gobernaciones o intendencias claves en varias provincias, y se han sumado otras fuerzas a la coalición que desde 2019 se denomina Juntos por el Cambio. Sin embargo, a pesar de lo expuesto, volvió a emerger una suerte de sensación y por momentos de concreta observación de que nuevamente la oposición se debate entre “los duros” del PRO (Mauricio Macri y Patricia Bullrich junto a cantidad de dirigentes políticos que los acompañan) y “los blandos” del PRO (que orbitan alrededor del actual jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta). Patricia Bullrich manifestó en más de una oportunidad molestias por el modo “frágil” de gobernar de Rodríguez Larreta, y hace apenas días manifestó estar en desacuerdo por nuevas incorporaciones que sumó el alcalde porteño para su futura candidatura, aduciendo que “eran tiempos de austeridad y no de generar más costos políticos con nuevos nombramientos”. Por otra parte, y haciendo mención a la oposición, el libertario, reaccionario y ultra derechista, Javier Milei de Libertad Avanza, sigue “coqueteando” con jugar junto al PRO “duro” (hasta sugirió llegar a ser ministro de Economía si Patricia Bullrich ganaba la presidencia), mientras manifestó en varias ocasiones despreciar a la UCR y al PRO larretista. Y al partido radical, hace unos meses, se lo vuelve a ver en pausa. 

¿El voto está cantado? No

Así las cosas, en el oficialista Frente de Todos, son explícitas la desaprobación y burlas constantes de Cristina hacia la figura presidencial de Alberto Fernández y son explícitos los gestos contradictorios del presidente, donde defiende a Cristina “contra una Justicia que la quiere condenar injustamente” mientras busca aliados nacionales e internacionales fuera del kirchnerismo. Pero el frente oficialista mientras no nos gobierna, sí se une a la hora de protestar contra la Justicia, la oposición y los medios de comunicación. Y la oposición tiene claro que, aunque el Frente de Todos no nos gobierna, no puede subestimar “al pragmatismo del peronismo de hoy y de siempre”, que suele luchar hasta las últimas consecuencias para unirse a como dé lugar para conservar el poder.

La oposición Juntos por el Cambio hace un tiempo se mostraba más equilibrada con un peso específico entre las fuerzas que la componen más ecuánime, aunque sin demasiadas propuestas para comunicarles a los futuros votantes, qué harán para enfrentar tamaña crisis que hoy atraviesa la Argentina. Y en los últimos meses, Juntos por el Cambio parece haber vuelto a reducirse a una interna dentro del PRO para ver si gobernarán los “más duros” macristas o los “más blandos” larretistas. Y el libertario Javier Milei sigue ganando una importante cantidad de adeptos (diferentes encuestadoras le adjudican un piso mínimo de 15% del electorado) que le creen que no pertenece a lo que él llama “la casta política” que despilfarra recursos del Estado (cuando reafirmó una y otra vez que el mejor presidente fue Carlos Menem en la década de los noventa, uno de los presidentes más corruptos de la historia argentina que se valió de dinero público para la utilización de lujos y privilegios personales).

Y por momentos trasciende, que, llegado el momento de las candidaturas, podrían surgir fórmulas mixtas, combinando, por ejemplo, presidente y vicepresidente del PRO y de la UCR (algo que parte de la dirigencia política de la UCR hace unos meses negaba rotundamente). En los últimos días se vieron fotos de dirigentes políticos del PRO y la UCR que ostentan ocupar los cargos de mayor relevancia, paseando juntos por la costa atlántica argentina. 

Argentina es una nación rica en recursos naturales y con profesionales que destacan en el mundo, pero se encuentra capturada por una matriz de corrupción que parece no mermar desde los años noventa, y así cantidad de dirigentes políticos deshonestos e inoperantes no permiten que las potencialidades disponibles se pongan en marcha. Argentina padece aquí y ahora 20 millones de habitantes pobres, más de 5 millones de indigentes, una clase media que sigue cayendo en la pirámide social, una moneda que sigue perdiendo valor, un régimen de alta inflación, una democracia resentida frente al arremetimiento cuasi constante contra las instituciones de la república, mayor inseguridad, una ciudadanía que protesta mucho por las redes sociales y de manera intermitente en las calles, y una paz social que se encuentra en riesgo latente.

Falta casi un año para las elecciones generales, y es pertinente reiterar que todo cambia de modo estrepitoso en la nación argentina, pero atravesando la segunda semana del año 2023 estas pretenden ser observaciones/reflexiones sobre el estado de situación de la crisis integral que hoy padecen millones de ciudadanos que habitan suelo argentino. 
 
Autora:
Sandra Choroszczucha
Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires
www.sandrach.com.ar
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